9.05.2014

Why you only call me when you're high?


Esta tarde me he encontrado con tu recuerdo en la esquina donde solíamos enrollarnos.
Me ha llamado desde la acera, como un mendigo pidiendo limosna.
Suave y decaído.
Me ha pedido un mechero, como el fumador de esta mañana.
Pero él no quería encender un cigarro, sino quemarse a sí mismo.
Y, sin embargo, estúpida de mí, no le he dejado.
Y ahora soy yo la que se quema en vez de arder él.
Me consumo en un bar que está a unas cuantas cuadras más abajo. O  más arriba.
Desde la barra ya no distingo arriba de abajo,
bien de mal,
dolor de amor.
Deberia haberle dado el mechero.
Ahora te veo doble a mi lado en este antro.
Y sonríes, con tu sonrisa de dientes torcidos
y me retuerces el alma.
Tu recuerdo se replica otra vez,
y a mí apenas me queda capacidad de réplica.
Te veo sentado a mi lado cinco veces.
Borroso como humo.
Me dirijo a uno de vosotros, y en la sexta copa de más,
te invito a que me lleves a casa.

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