Está lloviendo.
Lo siento en la cara,
las gotas besan mi mejilla
y se convierten en lágrimas.
Tengo cicatrices mal cerradas,
costuras rotas y
el corazón en el taller;
las penas rosas
los moratones con forma de flor
y los besos a flor de piel.
Tengo versos en la espalda,
lunares contando cuentos,
los ojos cerrados,
las piernas abiertas,
-la boca a medias-
y un chupetón en el pecho.
Me sangra tinta de los ojos.
Despacio cae hasta el papel,
y lloro todo lo que no te dije,
justo ahora,
que ya no te volveré a ver.
Con todo el pasado invadiendo mi presente
intento crear un futuro mejor;
no funciona.
Sale luz roja.
La vida no tiene manual de supervivencia
ni yo salida de emergencia.
Y lo peor de todo no es que no vuelvas;
sino que mañana,
seguirá lloviendo cuando despierte.
Y esta puta tormenta nunca da tregua.
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Carpe Diem.