Extraño esos tiempos en que te gustaba hablar conmigo, esas noche de verano en las que el tiempo parecía no existir para nosotros, esa alegría que sentía cuando me despertaba y veía parpadear la lucecita roja de mi Blackberry; quiero volver a recibir tus mensajes sin sentido en el momento menos indicados, quiero equivocarme contigo y salir adelante con una sonrisa, quiero volver a esconderme debajo de las sábanas para hablar contigo sin que nadie me moleste, quiero que me regales risas cuando el mundo me da lágrimas. Quiero volver al verano donde nos conocimos, a la conversación donde comenzó todo, porque, aunque eramos tímidos y no sabíamos nada el uno del otro, cuando acabó el verano podía adivinar lo que ibas a contestar antes de que respondieras. Con el fin del otoño llegó el invierno que enfrió nuestra relación, la conexión se rompió y parece que volvemos a ser extraños.
Aún sigo esperando al verano, para que me devuelva las alegrías que me regalaste esas noches pasadas.
Noches efímeras en un mundo eterno.
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Carpe Diem.