¿Sabéis guardar un secreto?
He estado enamorado de un millón de mujeres sin su nombre,
Laura,
sin su sonrisa,
la de Laura,
con la voz
de quienes pronuncian Laura sin ser Laura,
con los ojos
que tienen todas menos Laura.
He hecho reír a todas las que tienen los dientes más bonitos que Laura;
he llorado todas las lágrimas que le he secado a todas las que no eran Laura.
De noche,
Un pelo que no es el de Laura,
un tacto que rotundamente no es de ella,
me roza la espalda.
Un cosquilleo se eleva junto a mis plegarias;
girarme y ver un rostro
que sea el de cualquier mujer
menos el de Laura.
De día,
he llevado a todas las que no eran Laura,
al restaurante favorito de ella;
les he cantado las baladas de Laura, a todas las que no la conocían.
Me he declarado,
de pie,
de rodillas,
de lado, en la cama, con la sonrisa aferrada a la almohada,
a todas, y esto debo aclararlo, las que no eran Laura.
Las ciudades más maravillosas del mundo tiemblan
cuando cualquiera de ellas pone un pie en tierra.
Y sin embargo,
se ríen de Laura.
Los criminales mas inhumanos han mirado
a todas las chicas que no eran Laura
a los ojos,
y han llorado.
He escrito sobre todas las mujeres que no eran Laura,
Pero que eran musa
inspiración
verso
beso
luz
cristal
arroyo
jardín
pétalos de rosa
y espina en el corazón;
aquéllas que eran excusa para escribir,
motivo para ser poeta.
He hablado todas las lenguas del mundo,
y mi favorita
sigue siendo la suya,
la que lame cada sílaba de Laura
con el placer de ser la envidia de ella.
He rezado a todos los dioses,
he recorrido todos los caminos que llevan a Roma,
he leído todas las historias de Jane Austin,
he regado todas las ruinas de Grecia,
he confundido nombres,
recuerdos,
noches,
letargos,
y ganas de vivir.
He aprendido que a una mujer se la ama
no como a la primera,
sino como a la última.
¿Sabéis guardar un secreto?
Laura
era todas las mujeres de este poema
excepto Laura.